9.7.06

Abba Medina: no juzgar a nadie





"Un anciano dijo: no juzgues al fornicador aunque tu seas continente. En efecto, como él, tu transgredes la ley que dice: no forniques, y también: no juzgues"



Con seis años, corría yo por el patio de recreo de un
colegio de curas putifinos del paseo del Violón de Granada; un niño con ojos alucinados y pecho descubierto declaraba a gritos ser el Gran Jefe Indio;
con el pecho descubierto, tras ascender la Rambla de Genaro, en la terraza caliza que se asoma a su cruce con la Rambla de Tabernas, acariciaba la acústica otra vez: Good Ol Honorio Medina; el tiempo se detiene y no pasa por nosotros; le agradezco que me contara dónde poner los dedos para tocar una pentatónica con 11 años; salir a tocar sus canciones-compuestas con bestial coherencia por el chaval Honorio-en las fiestas fin de curso con 12 años; llenar en la adolescencia nuestra cabeza de esoterismo zeppeliniano, y creernos clapton & page: lo jodido mejor. De pronto separarnos 4 años, y encontrar una tarde una foto de su hijo en un correo electrónico.Emocionarme. Recuperar un amigo, y recibirlo maduro y sensible al color theilhardiano y al misterio. Llenarse el corazón de necesidad contemplativa y sinceridad en el desierto. Y además tocando con la elegancia y el Pleno Sentido Melódico que ha paseado por algunas bandas del rockerío granadino.

Sin embargo, esta vez fuimos honestos, y no hubo exhibición; esta vez nos escuchamos fluir en la rambla, hasta hacer callar la A-92. Adios a los civilizadores hombres blancos.
Con aliento cetósico por la carga de mi gato-harmonium, y exhausto después de mi canto trance de agradecimiento al Gran Jefe Indio, cenamos los cuatro frente a la luna ascendente en camaradería, para bautizarla con inversiones nocturnas electrónicas de melodías de Villalobos, hasta que las nubes la ocultaron a las 4 a.m.Descansar La sinceridad es no juzgar: ahogar nuestro codificado humorismo negro granadino en la guturalidad de cualquier frase acabada. Gracias Honorio por recuperarnos. Vuelve con tu gran mujer y tu guapetón hijo.