"Abba Hiperequios dice:`que un himno espiritual esté siempre en tus labios y que la meditación alivie el peso de las tentaciones que te sobrevengan. Un claro ejemplo de esto es el viajero pesadamente cargado que engaña cantando la fatiga del camino´"
Conocí a Javier Carmona en un concierto semianónimo en el Bar la Palma de Madrid; el grupo se llamaba Akafree, y hasta donde yo conocía, era el primer grupo español en ejecutar un free estilizado dolphiniano con ramalazos latinos; luego las casualidades del pájaro azul nos hicieron coincidir, hasta que terminé compartiendo con Chefa Alonso y Javier Carmona un concierto hiperenergético en el Klinker londinense; se trata de un batería detalloso e imaginativo, y un buen hombre y cocinero; le recogí en la estación de Almeria el pasado lunes; el miércoles dia 25 de enero de 2006 amaneció desapacible y amenazando temporal; con fortaleza metimos un kit completo de batería Ludwig en mi opel corsa, adentrándonos en la rambla de Tabernas hacia las 15.30h; el punto ritual se dispuso tras deliberización en frente del paredón principal de la rambla (unos 30 metros de altura); era claro que nos teníamos ganas, y la primera sesión fue un gran rio de sonido y de fortaleza donada al cosmos, con acenatuaciones electrónicas, tambores tibetanos y rios de notas percusivas; a pesar del tiempo desapacible pasamos mucho calor y excitación; nuestro espíritu se basó en la resistencia. Se grabaron dos improvisaciones de 10 minutos , y una última de 25. Muy hermosas y poderosas.
El jueves 26 de enero, a petición de Abba Carmona, se buscó un lugar de resonacia cercana e íntima; se nuevo, no acompañaba la meteorología,pero nos armamos de fortaleza, y amenazando tormeta nos la jugamos cargando con la guitarra acústica y un kit percusivo algo reducido hacia la silenciosa rambla de Lanújar; concretamente a una escondida roca-bañera escondida a la izquierda de la rambla; esta vez la sesión salió y entró en el silencio durante 30 minutos, progresandoncerca del tribalismo y la imitación vocal de nuestros respectivos animales totems; nos situamos debajo de una roca, temerosos de desprendimiento y la lluvia; al final de la sesión, el sol coloreó de ocres de nuevo el desierto; al dia siguiente, partimos hacia el festival hurta cordel de improvisación de Madrid, soprendiendonos una gran nevada por Ciudad Real.
Hemos hecho uso de la fortaleza de espíritu, y la experiencia, totalmente única, nos ha purificado.
Javier ha demostrado amar la música ritual, y ha dejado un insecto de plástico como ofrenda a nuestra roca de silencio. Ha demostrado humor y valentía; alabado sea.